Santiago. La falta de insumos necesarios para el proceso de enseñanza-aprendizaje y la politización con que funciona la escuela de Bellas Artes, ha generado una profunda preocupación en la comunidad cultural y educativa de Santiago.
Desde artistas del pincel, escultores, expresan que la institución, que alguna vez fue símbolo de cultura y arte en la provincia, hoy parece atrapada en una crisis estructural y administrativa que afecta tanto a los estudiantes como al cuerpo docente y administrativo, y amenaza su misión educativa.
Destacan que la escuela de Bellas Artes ha sido durante décadas un pilar fundamental en la formación artística de la región.
Los docentes denuncian que la institución se ha convertido en un punto estratégico para satisfacer ambiciones políticas, con casos de nepotismo que priorizan la creación de cargos innecesarios y duplicados para abultar la nómina, en detrimento de la calidad educativa.
Expresan que los profesores con experiencia no reciben aumentos en sus horas laborales, porque se prefiere contratar nuevo personal sin experiencia en el campo artístico, elegido principalmente por afiliaciones políticas y nepotismo y no por méritos académicos o artísticos.
El profesor Dionisio Peralta expresa que hay docentes con más de 30 años de dedicación artística, cultural y educativa como Ivanova Casimiro, Natividad Fernández, José Dolores Hernández Santos, Dania Martínez, Liropella Batista,y José Luis Ureña, así como una nueva generación con más de 20 años de ejercicio comprometido.
Otros maestros de amplia trayectoria y experiencia, algunos de ellos con más de 40 años de ejercicio activo como artistas y educadores, como es el caso de Mérito Lora y Eilleen Pichardo tampoco son tomados en cuenta.
Uno de los puntos más críticos es la constante rotación de directores, que carecen de una verdadera conexión con el arte y desconocen las necesidades de la escuela Esto ha llevado a decisiones improvisadas.
MIGUEL PONCE
